
La apariencia del Inn at Golden Gate es honesta y sin pretensiones—líneas clásicas de motel con un toque de San Francisco. Por fuera, el edificio presenta una fachada de estuco limpia decorada con tonos rojos y beige que reflejan la paleta discreta de la Marina. Un pequeño cartel marca la entrada, y el diseño del corredor exterior de la propiedad ofrece vistas de la arbolada Lombard Street y vislumbres de la niebla de la bahía que se aproxima.
Al entrar, las habitaciones revelan un diseño práctico: ropa de cama blanca y nítida en camas de marco de madera, lámparas de noche que emiten luz cálida, y escritorios modestos o sillones ubicados en las esquinas. Televisores de pantalla plana descansan sobre cómodas robustas, mientras que la combinación de mini-nevera y microondas suele estar abajo. La alfombra mantiene los pisos suaves bajo los pies, y las ventanas permiten que entre luz natural durante el día.
Los espacios del baño son compactos pero funcionales, con pisos de azulejos y accesorios simples. Algunos cuentan con bañeras completas, mientras que otros ofrecen duchas a nivel con cortinas limpias y comodidades básicas.
El vestíbulo es minimalista—solo hay suficiente espacio para recoger tu llave, hacer una pregunta o captar el aroma del café fresco durante las horas del desayuno matutino. El pequeño área de estacionamiento, delimitada por setos bajos, se llena rápidamente pero es un valioso beneficio en esta esquina de la ciudad.
En la hora dorada, la luz da en el lado del edificio justo como debe. No es ostentoso, pero la escena es pura San Francisco: paredes en tonos pastel, niebla flotante y el suave murmullo del vecindario asentándose.
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